Los comienzos de Tenochtitlan

 
Los comienzos de Tenochtitlan
 
 
 
 Los comienzos de esta gran ciudad no fueron fáciles, muchas tribulaciones la asotaron: decadencia de Teotihuacan a partir del siglo VII; incesantes oleadas de pueblos guerreros procedentes de las llanuras del Norte; fundación de Tula, 
capital de los toltecas, en el siglo IX; guerras y revoluciones que se traducen, a finales del siglo X, en las instauración de un régimen militarista y del ritual de los sacrificios humanos; ruina de Tula en 1168; invasión de la Meseta central por los "bárbaros", que no obstante adoptan rápida y eficazmente la tradición tolteca y, en el siglo XIV, las encarnizadas luchas entre los "Estados combatientes" 28 ciudades se disputaban la hegemonía sobre el centro de México cuando una pequeña tribu, procedente del lejano Aztlán (de donde procede el nombre de aztecas), muy al noroeste, consiguió establecerse en el valle. Los aztecas, considerados como intrusos indeseables, y tan pronto utilizados como rechazados, acabaron por fundar un mísero poblado de chozas, "dentro del tular, dentro del carrizal", en la bahía cenagosa que formaba la parte occidental de la grna laguna.
 
 Los aztecas daban a su capital el doble nombre de Tenochtitlan, "el sitio del nopal" (en azteca, tenochtli), y de México. La chumbera o nopal y posada en ella un águila devorando una serpiente, figura desde antiguo en el escudo de la ciudad.
 
 
 
Mito y Origen del escudo de la ciudad y de México
 
 
 
 Ocurrió que el dios de los aztecas, Huitzilopochtli, divinidad guerrera y solar, se dirigió en medio de la noche al gran sacerdote Quauhcóatl ("águila-serpiente") y le dijo: "Vete al momento en busca del tenochtli sobre el que verás posada ufana un águila.... Allí es donde nos estableceremos, donde dominaremos... donde con nuestro dardoy nuestro escudo conquistaremos. Allí estará nuestra ciudad, México-Tenochtitlan: donde el águila emite su grito, abre las alas y come, donde nada el pez, donde la serpiente es devorada".
En el año ome-acatl, "2 caña", 1325, como les mexicanos que se guían a Quauhcóatl se hubiesen adentrado en las ciénagas, viero "al borde de una caverna el águila posada sobre un nopal, comiendo ufana". Fue allí donde alzaron el primer templo a Huitzilopochtli.
 
 Si el sentido del nombre Tenochtitlan parece claro, el de México plantea problemas. Comparando la etimología de esta palabra en la lengua náhuatl con la del nombre de la ciudad en el lenguaje de la vieja tribu otomí, de remoto arraigo en el Altiplanom, cabe concluir que México significa "en medio (literalmente, en el ombligo) del lago de la Luna. En efecto, la laguna llevaba el nombre de Metztliapan, lago de la Luna.
 
  
 
El modo de Vida
 
 
 En los relatos tradicionales y manuscritos ilustrados se describe el modo de vida de los primeros habitantes de Tenochtitlan como escencialmente lacustre. Vivían de la pesca y de la caza de aves acuáticas, como los demás indígenas establecidos a orillas del lago.
 
 Cambiaban "pescado, ajolotes, ranas y cangrejos" por piedras y maderos para construir sus primeras casas, "pobre, miserablemente". Más tarde, siendo ya su ciudad gloriosa y próspera, conmemoraban anualmente esa vida primitiva. Durante las fiestas del Etzalqualiztli, los sacerdotes del agua iban a tomar un baño ritul en la laguna. "Aquí están la cólera de la serpiente, el zumbido del mosquito de agua, el vuelo del pato, el rumor de los juncos blancos", clamaba ritualmente el gran sacerdote, tras de lo cual todos entraban en el agua y chapoteaban imitando el grito de los patos, las garzas reales y las garcetas.
 Los comienzos fueron, pues, difíciles, y los progresos lentos. Cincuenta años necesitaron los aztecas para establecer una dinastía, a cuyo fundador tuvieron el acierto de ir a buscar en Colhuacan, ciudad de tradición tolteca. En 1948, el cuarto soberano, Itzcóatl, tras una guerra victoriosa contra la ciudad rival de Azcapotzalco, logró poner a su Estado en camino de ejercer en poco tiempo la hegemonía sobre gran parte de México.
 La primera piedra del teocalli, el gran templo que los españoles iban a ver a su llegada, no se colocó hasta el año 1483, y la inaguración del monumento tuvo lugar en 1487; de modo que la ciudad que los conquistadores contemplaron por vez primera en 1519 y destruyeron a conciencia dos años más tarde era en realidad muy reciente.









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